jueves, 25 de octubre de 2012

Perros lobo


Como en el resto de EEUU, la prisión estatal de Luisiana ha tenido que adaptarse a las dificultades económicas y a los recortes de presupuesto, y para ello ha reemplazado a parte de sus guardias con perros lobo que patrullan el perímetro carcelario.
Llamada Angola, y popularmente conocida como "la Alcatraz del Sur", la penitenciaria a unos 95 kilómetros al noroeste de la capital estatal, Baton Rouge, vio caer su presupuesto desde los 135 millones de dólares anuales en 2007 a los 115 millones este año.
La austeridad causó el despido de más de 100 de los 1.200 empleados, hizo que se quedasen vacías 35 de las 42 torres de vigilancia y dejó espacios desatendidos en torno a los cuatro edificios en forma de cruz donde se encuentran las celdas y las otras instalaciones administrativas.
Para hacer frente a los ajustes, el director de la cárcel, Burl Cain, hizo un experimento en 2005, al cruzar a un lobo mexicano, apropiadamente llamado "Lobo", con una perra para producir canes que ayudaran a perseguir a los prófugos.
"Pero los animales resultaron impredecibles y no le hacían caso a sus entrenadores", dijo Cain en una entrevista con Efe, en la que explicó que "Lobo" se escapó durante el huracán Gustav de 2008.
Su siguiente idea fue, en lugar de entrenarlos, usar a alrededor de una docena de perros lobo como guardianes entre dos cercas de tres metros de altura coronadas con alambre de púas, colocadas a tres metros de distancia en el perímetro de la prisión.
Cada perro lobo tiene asignada una franja de unos 300 metros de largo entre las cercas, y allí vive, con su caseta y sus suministros regulares de agua y alimentación.
Esos animales pueden ser hijos de lobo y perra, con un 50% de genes de cada uno, o pueden ser mezclas derivadas con diferentes porciones de genes.











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